Coronilla Divina Misericordia

¿Conoces la Coronilla de la Divina Misericordia?


Seguramente son muchas las veces en que has visto la imagen de Jesús de la Divina Misericordia. ¿Sabías que fue el mismo Jesús quien pidió que se pintara este cuadro?

El Señor se le apareció a Santa Faustina Kowalska vestido con una túnica blanca, con una mano levantada para bendecir, mientras que con la otra tocaba la túnica sobre el pecho, desde donde salían dos grandes rayos, uno de los cuales era rojo y el otro era pálido. 

Así lo relata la santa en su diario y afirma que Él le dijo: “Pinta una imagen según el modelo que ves y firma ‘Jesús, en Ti confío’. Deseo que esta imagen sea venerada primero en su capilla y luego en el mundo entero”. 

Además, el Señor le explicó el significado de los dos rayos: el rayo pálido simboliza el Agua que justifica a las almas” y el rayo rojo “simboliza la Sangre que es la vida de las almas”.

Ambos rayos brotaron de las entrañas más profundas de la misericordia de Jesús, cuando su corazón fue abierto por la lanza cuando estaba en la cruz. El Señor añadió que “estos rayos protegen a las almas de la indignación de mi Padre. Bienaventurado quien viva a la sombra de ellos, porque no le alcanzará la justa mano de Dios”.

Asimismo, prometió que el alma que venere esta imagen no perecerá y que ya aquí en la tierra tendrá la victoria sobre los enemigos, “sobre todo, a la hora de la muerte. Yo mismo la defenderé como Mi gloria”. 

Jesús también le enseñó a Santa Faustina a rezar la Coronilla de la Divina Misericordia y le dijo: 

“Reza incesantemente esta coronilla que te he enseñado. Quienquiera que la rece recibirá gran misericordia a la hora de la muerte. Los sacerdotes se la recomendarán a los pecadores como la última tabla de salvación. Hasta el pecador más empedernido, si reza esta coronilla una sola vez, recibirá la gracia de Mi misericordia infinita. Deseo que el mundo entero conozca Mi misericordia; deseo conceder gracias inimaginables a las almas que confían en Mi misericordia”

¿Sabes cómo rezarla? Aquí te lo explicamos: 

Usando tu rosario reza un Padre Nuestro, un Ave María y un Credo.

En la cuenta donde normalmente rezamos el Padre Nuestro debes decir:  “Padre Eterno, te ofrezco el Cuerpo, la Sangre, el Alma y la Divinidad de Tu Amadísimo Hijo, Nuestro Señor Jesucristo, como propiciación de nuestros pecados y los del mundo entero”.

Luego, en cada una de las cuentas del Ave María debes decir: “Por Su dolorosa Pasión ten misericordia de nosotros y del mundo entero”.

Al terminar los cinco misterios de la coronilla ora tres veces diciendo: Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal, ten piedad de nosotros y del mundo entero.